Me equivoqué y lo lamento mucho

Publicado el 12 de diciembre de 2023, 11:03

Me equivoqué…
y lo lamento mucho.

Compartir imágenes, textos y/o videos evidenciando la vida privada de nuestros hijos, es peligroso y puede traer consecuencias irreversibles. Existe un fenómeno creciente de perfiles virtuales de emprendimiento (y personales también) en los cuáles, se sobreexpone la intimidad de los menores de edad con fines lucrativos (ego y económico). Ya sea para ofrecer un servicio o producto, o también para demostrar nuestras habilidades y capacidades para la crianza o docencia, el punto es que se ha monetizado y explotado la presencia de los niños para beneficio de los adultos.
Razones en apariencia benévolas sobran para justificar dichas acciones, pero la realidad es otra, y tiene que ver con nuestras carencias afectivas.

Acompañada y sostenida por mi terapeuta (gracias, Gabriel) me reconocí en esta situación. Fue duro verlo y aceptarlo. Fueron semanas de enojo y tristeza, de muchos cuestionamientos y reflexión para finalmente llegar a la acción: modificar por completo el concepto de mi proyecto.

Si te reconoces en esta situación, y quieres cambiar, es necesario que te abras a la posibilidad (con mucha honestidad y compromiso) de indagar e identificar los verdaderos motivos que te impulsan a otorgarle a tus hijos responsabilidades que no les corresponden y, a su vez, negarles el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Nuestros hijos no son los encargados de darnos un lugar en el mundo, ni vienen a cumplir nuestros sueños o expectativas. Eso nos corresponde a nosotros, y mantenerlos fuera de la ecuación es un gran acto de amor. 

 

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